Muchos son los signos que nos alertan de que una persona puede estar cursando un desorden alimenticio. Algunos de ellos son:

-Cambios en el comportamiento alimentario: algunos de ellos son las restricciones (dejar de comer algunos alimentos, un grupo o todos), los rituales (por ejemplo, cortar la comida muy pequeña y desparramarla en el plato) y el temor a ciertos alimentos.

-Distorsión en la imagen corporal: hay una incongruencia entre cómo es el cuerpo en realidad a como la persona se ve a sí misma. Pueden verse “gordas”, “feas”, etc.

-Comportamientos físicos: en general vienen dados por la incorrecta alimentación, por lo que sienten frío, cansancio, sensación de debilidad, comienza a debilitarse el cabello y las uñas, a resecarse la piel y a aparecer lanugo (vello en el cuerpo), entre otras.

-Aparición de pensamientos y creencias erróneas: los mismos pueden estar relacionados con su imagen corporal, con su autoestima, con la autoexigencia.

-En general, las personas que no se encuentran en un tratamiento, niegan el problema, por eso es importante que la familia o la propia persona acuda a profesionales especializados que le puedan permitir la aceptación del problema.